mi dios es perro

hoy ví como un poodle toy (al menos 1/4 más chico y más de juguete que un poodle no-toy) agarraba, masticaba y tragaba un pajarillo de vuelo libre.

cada vez que derramaba mi cuerpo sobre las aceras del puerto, que entonces me parecía más frío de lo que en realidáh era, abandonado al infierno, como el hijo bastardo de un dios padre que me vió medio maricón, se acercaba a mí un bello perro lobo de pelaje anaranjado. entonces jugabamos y nos revolcabamos en el cemento. nunca sus pulgas se interesaron en mí. nunca le dije mi nombre ni le impuse uno a él. sin embargo cada vez que el plan divino me azotaba con fuerza, ahí estaba perezosamente anaranjado, vagabudo y juguetón.

la última vez que mis pies entre que flotaban y se arrastraban por valparaíso, al buscar refresco en un zaguán, lo encontré ahí, echado. nos saludamos con la mirada. por un momento se levantó y quiso acercarse y yo por alguna razón no le correspondí, entonces se volvió a echar por ahí.

mi dios es carne, mi dios es hambre, mi dios es perro

Junto a mí, el dios-perro

Por Antonin Artaud
(Traducción: Miguel Frontán)

Junto a mí, el dios-perro, y su lengua
atravesando como una flecha la costra
del doble cráneo abovedado
de la tierra que lo escuece.

He aquí el triángulo de agua
caminando con su paso de chinche,
pero que bajo la chinche ardiente
se da vuelta como un cuchillo.

Bajo los senos de la tierra odiosa
la perra-dios se ha retirado,
senos de tierra y de agua helada
que hacen pudrir su lengua hueca

He aquí la virgen-del-martillo,
para moler los sótanos de tierra
cuyo horrible nivel el cráneo
del perro estelar siente subir.