FELIZ DÍA DE LOS ENAMORADOS
Todo se desordena a través de los sentidos de los amantes... Luego ordenaré y aclararé y perfeccionaré este texto, disculpenme... por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa.
El otro día fuí al Ateneo en Santiasco, a un foro sobre Amor Libre y un taller de Erótica Antisexista, realizados en el marco de una seguidilla de actividades, talleres y conversas, de verano.
Alguién llegó a la sala segundos antes de que se iniciara la charla preguntando, bromeando, "¿Éste es el foro donde se teoriza acerca de la calentura?".
La charla fue horizontal, varios muchachos y muchachas, compartieron sus puntos de vista, sus ideas, más que sus experiencias, aunque tampoco faltó la relación con la propia vida cotidiana. Algunos arremetieron contra el amor, contra el ideal del amor, como parte de la ideología alienante. Otros lo equipararon con la libertad, amor libre sería una redundancia.
Aquí opinamos más semejante a los otros. Aunque bien es cierto que la sociedad patriarcal ha creado un ideal de amor en desmedro de la autonomía del individuo, que perpetua las relaciones sociales encadenadas, aquí creemos en el Eros, el deseo, la pasión, la atracción, como la única fuerza capaz de hacer reventar la Ley del Padre, cualquier Ley. El amor debe ser la única ley. Para nosotros es el amor el que organiza el divino caos, en órdenes espontáneos. Por deseo la criatura busca la teta de la madre, por amor las abejas besan las flores, por atracción las raíces de los árboles bajo la tierra buscan el agua. Y nuestra civilización se basa en la violación sistemática de esta única ley, nuestra humanidad se funda en el tabú del incesto. Nuestra civilización se sostiene en prohibiciones que tratan de mantener un rígido orden contrario a los órdenes espontáneos del deseo.
Pero... vamos a hacer el Amor y la Revuelta. ¡Insurrección Sensual!
También se habló de celos. Si uno siente celos es su problema, es uno el inseguro, es uno el que busca seguridad en otras personas, etcétera. Es uno el que tiene que solucionar su problema. De acuerdo. Pero me gustaría profundizar más al respecto ahora:
Los celos a los que nos referimos se dan en el contexto de la pareja. ¿Por qué es normal sentir celos de tu pareja, pero no de tus amigos? ¿Por qué buscamos la seguridad en nuestras relaciones amorosas y no en nosotros mismos? ¿Por qué somos inseguros? ¿A qué es lo que le tememos? Casilda da en el grano, creo yo.
Al empezar a relacionarnos corporalmente con alguién, intimamente, más allá del mete y saca del coito, nuestra corporalidad tiene una reminiscencia de nuestra primera relación la madre. Ese cuerpo a cuerpo, que entre caricias desdibuja los límites del yo. Es un caos, una desidentificación. Sucede que cuando uno pasa mucho tiempo con una persona, entre caricias, se va olvidando de sí mismo, se va desidentificando. Ése olvido de si mismo es placentero a tal grado que una vez que nos vemos solos nuestro antiguo yo nos aburre, sólo queremos deshacernos en caricias. Pero a la vez se hace necesario ordenar esta caótica percepción, es necesario crear nuevos límites, un nuevo yo, un tantito más amplio, con algunas concesiones al otro, que integre a los yos que se funden cada tanto. Cuando los individuos que se deshacen en caricias separan sus cuerpos esta nueva estructura yoica, funciona como la seguridad que antes de la experiencia desectructurante de las oleadas de placer cuerpo a cuerpo nos daba la respuesta a la pregunta ¿quién soy yo?. Yo soy mi pareja, ella es parte mío, una parte que debo conservar, una parte que sí pierdo me desequilibrará nuevamente, como cuando empezó la relación y ni siquiera nos dimos cuenta de ese desequilibrio. ¿Por qué no nos dimos cuentas de ese desequilibrio que superamos rapidamente apropiándonos de la persona? Porque estamos programados para copiar un modelo. El modelo de la relación que tuvimos con nuestras madres patriarcales, un modelo de subordinación que se reproduce inconscientemente, un modelo de amor mezclado con inseguridades que se traducen en leyes. El modelo de nuestros padres en pareja. Es tan natural resolver la desidentificación que produce la experiencia amorosa reproduciendo las leyes heredadas que no nos damos ni cuenta.
Para Casilda Rodrigañez los celos son un sentimiento irracional, inconsciente, enraizado en nuestra carencia básica. La carencia de una madre complaciente que nos hiciera seguros de nosotros mismos. Cuando la críatura está alejada de su madre, sola, llorando en una cuna, la criatura siente que va a morir, sus deseos, de amar y ser amada, de vivir, son imposibles por un tiempo que ésta siente como eterno. Como el fundirse en caricias nos lleva al ámbito de estas primeras relaciones con la madre, el peligro de perder al amado nos lleva también a nuestro miedo de perder el cariño de la madre, un miedo muy fuerte, que nos lleva a buscar seguridades ilusorias en ideologías, equipos de futbol, amores platónicos, identidades prefabricadas, relaciones de pareja.
¿Cómo enfrentar esto? Primero haciéndose consciente. Enfrentando al miedo. Transformando al monstruo en aliado, en belleza. Intentando nuevas formas de estructurar la consciencia, libres de miedos, haciéndose de un ego flexible, asaltando el Hades. Para todo esto no hay recetas, pero luego de vivir intentándolo, los frutos empiezan a madurar.
El otro día fuí al Ateneo en Santiasco, a un foro sobre Amor Libre y un taller de Erótica Antisexista, realizados en el marco de una seguidilla de actividades, talleres y conversas, de verano.
Alguién llegó a la sala segundos antes de que se iniciara la charla preguntando, bromeando, "¿Éste es el foro donde se teoriza acerca de la calentura?".
La charla fue horizontal, varios muchachos y muchachas, compartieron sus puntos de vista, sus ideas, más que sus experiencias, aunque tampoco faltó la relación con la propia vida cotidiana. Algunos arremetieron contra el amor, contra el ideal del amor, como parte de la ideología alienante. Otros lo equipararon con la libertad, amor libre sería una redundancia.
Aquí opinamos más semejante a los otros. Aunque bien es cierto que la sociedad patriarcal ha creado un ideal de amor en desmedro de la autonomía del individuo, que perpetua las relaciones sociales encadenadas, aquí creemos en el Eros, el deseo, la pasión, la atracción, como la única fuerza capaz de hacer reventar la Ley del Padre, cualquier Ley. El amor debe ser la única ley. Para nosotros es el amor el que organiza el divino caos, en órdenes espontáneos. Por deseo la criatura busca la teta de la madre, por amor las abejas besan las flores, por atracción las raíces de los árboles bajo la tierra buscan el agua. Y nuestra civilización se basa en la violación sistemática de esta única ley, nuestra humanidad se funda en el tabú del incesto. Nuestra civilización se sostiene en prohibiciones que tratan de mantener un rígido orden contrario a los órdenes espontáneos del deseo.
Pero... vamos a hacer el Amor y la Revuelta. ¡Insurrección Sensual!
También se habló de celos. Si uno siente celos es su problema, es uno el inseguro, es uno el que busca seguridad en otras personas, etcétera. Es uno el que tiene que solucionar su problema. De acuerdo. Pero me gustaría profundizar más al respecto ahora:
Los celos a los que nos referimos se dan en el contexto de la pareja. ¿Por qué es normal sentir celos de tu pareja, pero no de tus amigos? ¿Por qué buscamos la seguridad en nuestras relaciones amorosas y no en nosotros mismos? ¿Por qué somos inseguros? ¿A qué es lo que le tememos? Casilda da en el grano, creo yo.
Al empezar a relacionarnos corporalmente con alguién, intimamente, más allá del mete y saca del coito, nuestra corporalidad tiene una reminiscencia de nuestra primera relación la madre. Ese cuerpo a cuerpo, que entre caricias desdibuja los límites del yo. Es un caos, una desidentificación. Sucede que cuando uno pasa mucho tiempo con una persona, entre caricias, se va olvidando de sí mismo, se va desidentificando. Ése olvido de si mismo es placentero a tal grado que una vez que nos vemos solos nuestro antiguo yo nos aburre, sólo queremos deshacernos en caricias. Pero a la vez se hace necesario ordenar esta caótica percepción, es necesario crear nuevos límites, un nuevo yo, un tantito más amplio, con algunas concesiones al otro, que integre a los yos que se funden cada tanto. Cuando los individuos que se deshacen en caricias separan sus cuerpos esta nueva estructura yoica, funciona como la seguridad que antes de la experiencia desectructurante de las oleadas de placer cuerpo a cuerpo nos daba la respuesta a la pregunta ¿quién soy yo?. Yo soy mi pareja, ella es parte mío, una parte que debo conservar, una parte que sí pierdo me desequilibrará nuevamente, como cuando empezó la relación y ni siquiera nos dimos cuenta de ese desequilibrio. ¿Por qué no nos dimos cuentas de ese desequilibrio que superamos rapidamente apropiándonos de la persona? Porque estamos programados para copiar un modelo. El modelo de la relación que tuvimos con nuestras madres patriarcales, un modelo de subordinación que se reproduce inconscientemente, un modelo de amor mezclado con inseguridades que se traducen en leyes. El modelo de nuestros padres en pareja. Es tan natural resolver la desidentificación que produce la experiencia amorosa reproduciendo las leyes heredadas que no nos damos ni cuenta.
Para Casilda Rodrigañez los celos son un sentimiento irracional, inconsciente, enraizado en nuestra carencia básica. La carencia de una madre complaciente que nos hiciera seguros de nosotros mismos. Cuando la críatura está alejada de su madre, sola, llorando en una cuna, la criatura siente que va a morir, sus deseos, de amar y ser amada, de vivir, son imposibles por un tiempo que ésta siente como eterno. Como el fundirse en caricias nos lleva al ámbito de estas primeras relaciones con la madre, el peligro de perder al amado nos lleva también a nuestro miedo de perder el cariño de la madre, un miedo muy fuerte, que nos lleva a buscar seguridades ilusorias en ideologías, equipos de futbol, amores platónicos, identidades prefabricadas, relaciones de pareja.
¿Cómo enfrentar esto? Primero haciéndose consciente. Enfrentando al miedo. Transformando al monstruo en aliado, en belleza. Intentando nuevas formas de estructurar la consciencia, libres de miedos, haciéndose de un ego flexible, asaltando el Hades. Para todo esto no hay recetas, pero luego de vivir intentándolo, los frutos empiezan a madurar.
1 Comentarios:
porqu ahi que mejorarlo
todo esta donde esta
ademas si ases eso
vas a empear cambiar todo
y lo bueno ta en lo bruto
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